domingo, 21 de septiembre de 2014

A la vera del Río

Ruta 11 a puro ripio
  La ruta 11 es un camino muy utilizado, en general, por la gente para ir a la costa atlántica. Quienes no quieren ir a Mar del Plata y optan por destinos como San Bernardo, San Clemente, Villa Gesell o Pinamar -entre otros- tienen el paso obligado. Sin embargo no todos sus tramos son iguales y, en general, los turistas veraniegos optan por utilizarla desde la altura de Pipinas o, sino, van por RN 2 hasta Dolores y ahí empal-man a través de la RP 63 ¿Pero que hay desde La Plata -donde inicia- hasta Pipinas? Dispuesto a buscar una respuesta, mientras la gente celebró el día de la primavera en una jornada de sol, me subí al auto y partí.
  En la primera parte de la ruta el camino está pavimentado, aunque en muy mal estado; existen muchos pozos que a veces es difícil evitar, sobre todo porque hay cierto grado de circulación y el camino es angosto. El paisaje, típico de la Provincia, es de campo, medio deprimente. De repente mejora. Desde un punto determinado pareciera recientemente restaurado; y así es que con una buena ruta pasé por la fabrica de Nestlé  para, luego, cruzar el acceso a Atalaya y, un poco más adelante, una de las entradas a Magdalena. Decidí yo seguir adelante y no entrar en ninguno de los pueblos mencionados porque, en el primer caso, ya entré hace unos meses y, en el segundo caso, porque no quería perder tiempo pues tenía un objetivo en mente.
  Continúe avanzando hasta toparme con el empalme a la RP 20 donde pasé por un instante de confusión. El camino de golpe se bifurcó en dos; para un lado estaba Magdalena, para el otro no había ninguna señal. También había una tercera opción, seguir derecho, en lo que era una calle de ripio. Me pareció demasiado pronto para que la ruta se hiciera de ripio y como Magdalena no era opción, elegí tomar el camino que no sabía a donde me llevaba (después vi que daba a Vieytes y a la ruta 36). Pero el instinto me decía que por ahí no era, y frené al costado del camino donde, por suerte, pasó una mujer por elección en moto, circulando lento, a quién le pude consultar y me indicó que debía seguir por donde había ripio. Superado el empalme, y pasado un trayecto muy corto, volvió el pavimento el cuál se mantuvo hasta las Unidades Penitenciarias de Magdalena. Las mismas se ven, y se accede, desde la RP 11.
  Saliendo de Magdalena, ripio y campo, algunos arroyos, y ningún avistaje del Río de La Plata, porque a esa altura sigue siendo río hasta Punta Piedras, donde inicia la Bahía Samborombon. Al rayo del sol, con escasa circulación de autos a mi alrededor, seguí hacia el sur. Después de unos kilómetros llegué a la reserva "El destino", que por lo que dicen los carteles es de una fundación llamada "Elsa Shaw de Pearson". Ahi el paisaje prácticamente muere porque la vegetación va formando una pared alrededor del camino; fue como circular en un laberinto sin (casi) opciones de salida. 
Punta Piedra, único lugar donde se ve el río desde la ruta.
  Más adelante llegué a Punta Indio, donde hay acceso al río y balnearios. Parecía un lindo lugar para pasar el día. Pero mi objetivo era Punta Piedras, el faro -que algún sitio de internet califica como "el más septentrional de la Argentina"- y el inicio de la Bahía, ver donde el río se confunde con el mar. Seguí por la ruta, pero en Punta Piedras no hay mucho. Campos y más campos, algunas minas de extracción, un puesto de prefectura, y no mucho más. No encontré zona alguna para acercarme al río, y el faro se ubica en propiedad privada (Estancia Rincón Grande). Hay dos cosas para destacar de Punta Piedras, una es una Pulpería llamada "El vasco" que, por lo que indica un cartel, fue declarado sitio histórico; y dos, que ahí es el único lugar donde se puede ver el río desde la ruta. Luego no hay más nada. Ripio y, prácticamente, ningún auto hasta la altura de Pipinas. Llegado a ese lugar, tomé ruta 36 y, con un párate para tomar un café en la YPF ubicada a la altura de Vieytes, volví para mi ciudad.
  Es curioso ese tramo de la ruta 11; arranca en La Plata, y va en paralelo al río (luego lo hace con el mar argentino), costeando la Provincia, como si fuera una costanera; sin embargo, solo hay un solo lugar en la ruta desde la cuál se puede ver el río. Antes de partir imaginaba algún trayecto como el que tiene la misma ruta al entrar a Mar del Plata, donde acompaña al mar, pero lejos está de eso.   

Recorrido en km

5 horas de duración. El ripio hace más largo el viaje.   

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