lunes, 30 de marzo de 2015

La vía Salamónica, parte I

Apenas terminé de trabajar, almorcé algo y salí a la ruta. El cielo estaba nublado y el pronóstico anunciaba tormenta. A mitad del viaje, sin embargo, las nubes fueron quedando atrás. En la soledad del camino y la música, el sol empezó a surcar los campos que me rodeaban. Aunque las rutas principales -ruta 3- estaban bastante circuladas, pues era el inicio de un fin de semana largo, el viaje se produjo sin demoras. Cerca de las cinco estaba en Rauch.

El circuito planeado, y desarrollado, incluyó 10 pueblos/ciudades en tres días, sin contar un par de escalas. El objetivo, seguir el camino del arquitecto e ingeniero Francisco Salamone.  
Torre de reloj municipal y farola de Salamone, Rauch

Salamone fue un ingeniero y arquitecto, que trabajó en gran parte de la obra publica bajo el gobierno de Manuel Fresco, en la Provincia de Buenos Aires, entre 1936 y 1940. Tal vez pueda decirse que el gobernador fascista representó las dos caras de una misma moneda, la luz y la oscuridad, en la vida del italiano constructor. Municipalidades, plazas, mataderos y cementerios se levantaron en el territorio bonearense, con un estilo arquitectónico particular, pero que durante años quedaron en el olvido por estar vinculados a Fresco.
“Toda la obra era considerada espantosa y atada a un proyecto político. Yo soy de Coronel Pringles. De chico, en mi casa no se iba a la plaza de Pringles porque se consideraba horrible. La obra fue muy mal querida, la gente no la quería, la consideraba una impronta compleja difícil de entender. El mensaje de la modernidad siempre fue difícil. Su ideario arquitectónico coincide con los conservadores de Fresco. No fue una obra fascista sino una obra monumental que fue usada como un discurso político." Alejandro Carrafanq(1)
Fue recién a fines de siglo XX y principios del actual, muchas décadas después, cuando esas obras comenzaron a revalorarse. Hay quienes sostienen, en defensa del ingeniero, que no había más vinculo que el laboral entre Fresco y Salamone.
"Hablar de su supuesto fascismo es una ligereza que no le hace honor a la verdad. Entre Salamone y Fresco había una relación que no era amistosa, era respetuosa. No hay prueba documental de que hayan sido amigos. Las cartas son distantes, no hay familiaridad. Después de terminadas las obras, no guardó relación personal. Sin embargo, quedó pegado." Eduardo Lazzari(2) 

Apenas ingresé a Rauch, la misma avenida de ingreso me condujo hacia la plaza central, donde, frente a ella, se encuentra el palacio municipal. La tarde estaba tranquila, era un viernes laborable y no parecía haber demasiado movimiento. Alguna gente que caminaba, algunos chicos que jugaban en la plaza, y nada más en los alrededores. Luego de dar unas vueltas, y sacar unas fotos, me subí al auto y fui al siguiente destino: Azul.
Palacio Municipal, Rauch
Mucho viento se levantó esa tarde, y la temperatura bajó, en contraposición al fuerte calor de los días previos. Tanto era el viento que había, que en el camino, al mirar al costado, en el horizonte se veía como volaba la tierra y daba un efecto visual tal que se observaban borrosos los arboles. Incluso, en una parte, la tierra se volcaba sobre la ruta y era como manejar con niebla. De todos modos la RP 60 no tenía casi circulación. Cerca de 7.30 ya estaba ingresando en la ciudad.

La obra de Salamone, en Azul, consta de un matadero, ubicado sobre el camino viejo a tandil, un cementerio -tal vez una de sus obras que más me impactó- la plaza San Martín y el cristo que se ubica en el ingreso a la ciudad, sobre la ruta 3, a la altura de la avenida Piazza.

Entre el frio, y la necesidad de ubicar donde pasar la noche, fue recién a la mañana siguiente cuando empecé el circuito Salamonico de Azul. Primero el matadero, que según reza un cartel, hoy pertenece al centro de Apicultores. No había nadie, y estaba todo cerrado. Parecía abandonado. Pero allí estaba; la torre con forma de filo de navaja se erguía hacía arriba, intentando tocar el cielo. Sus críticos sostienen que la fachada tiene forma de cabeza de indio, donde su obra legitíma el extermino(3), en un claro intento de relacionar a Salamone con las ideas fascistas del gobernador de la época.
Matadero de Azul
Matadero de rauch

Luego continué el recorrido por el cementerio (calle Necochea y Sarmiento), donde algunas personas se acercaban a hacer las visitas pertinentes. Frente al mismo hay un Centro para la Interpretación de la Obra de Salamone, pero estaba cerrado. Es imponente ver el angel de la muerte, custodiando la puerta de ingreso a la ciudad de los muertos. Y detrás, los enormes bloques de cemento formando la, enorme, sigla RIP. Aquí también sus críticos han embestido contra el autor, expresando que el ángel de la muerte evoca a las aguilas del tercer reich, por un lado, y que la sigla RIP no significa "Resquiant in peace"(4) sino "Resulta imposible de pagar"(5).
Ángel de la muerte, cementerio de Azul




Finalmente fui a la plaza San Martín (Yrigoyen y Colón), donde aún reinaba la tranquilidad de ser un sábado a la mañana. Las baldosas onduladas, que se ve en más de una obra de Salamone, las farolas del estilo Art Decó, la simetría alrededor del monumento al Gral José San Martín, todo del estilo propio del autor. Si tiene su impacto observarla, más lo debe tener con una imagén aérea, panorámica, donde pueda apreciarse en su totalidad.

"La plaza San Martin de Azul (1937/1938). Elemental y clásica en su estructura, la imaginación se vuelca hacia los detalles: el monumento-fuente, las farolas y fundamentalmente, el piso de mosaicos romboides en tres tonos de grises y efectos dinámicos."(6)
Monumento plaza San Martin, Azul

Baldosas, asientos y farolas, plaza  San Martín. Azul.
Baldosas
Plaza vista desde la escalera de la municipalidad
Además de estas obras, se encuentran un portal en el parque Sarmiento, el cristo (sigue el prototipo del realizado por el escultor Chiérico para el cementerio de Laprida) y una casa construida para Dr Daneri, funcionario judicial. También existen obras de Salamone fuera de la ciudad de Azul pero dentro de la localidad, como las delegaciones y mataderos de Cacharí y Chillar. Por por cuestión de tiempo, todas estas obras las excluí de mi recorrido.

El reloj no marcaba todavía las 11 cuando llene el tanque del auto de nafta y seguí mi camino rumbo a Adolfo Gonzalez Chaves. Continuará... 

(1),(2),(3),(4) http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-5492-2009-08-16.html
(5) "Francisco Salamone. Sus obras municipales y la identidad bonaerense", Longoni, Molteni, pág 67.
(6) Longoni, Molteni, ob cit, pág 86. 

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